Los futuros líderes de la sociedad están en nuestros campus.

Prácticamente todos los presidentes, primeros ministros, senadores, parlamentarios, banqueros, abogados, jueces, profesores, médicos y empresarios del mundo han pasado por el sistema universitario. En todos los aspectos críticos de la cultura de una nación, el campus es el lugar donde encontramos a las futuras personas influyentes.

La mayoría de los que se hacen cristianos lo hacen como estudiantes.

Innumerables estudios siguen confirmando que la mayoría de las personas se rinden a Cristo antes de cumplir los veinticinco años. Esto nos toca de cerca. Muchos de nuestros líderes actuales respondieron al evangelio antes de cumplir los veinticinco años.

Los estudiantes internacionales influyen en sus países.

Los estudiantes internacionales representan el uno por ciento de los estudiantes de sus países de origen. Muchos de estos estudiantes provienen de naciones que restringen o prohíben el evangelio. Al llegar a ellos mientras están en nuestros campus y enviarlos a casa con el evangelio, podemos ampliar el alcance del evangelio en el mundo.

Cuando llegamos a un estudiante, llegamos a una familia.

Madres, padres, hermanos y hermanas se ven a menudo impactados por las historias de los estudiantes que vuelven a casa con una vida cambiada. El patrón de crecimiento de la iglesia en el Nuevo Testamento mostraba familias enteras convirtiéndose a Cristo. Eso no ha cambiado. Una visita de fin de semana a casa de un estudiante transformado por el evangelio puede comenzar una reacción espiritual en cadena que impacta a cada miembro de su familia.